Modificaciones en el Monasterio de Veruela obligadas por el tiempo

Sea que existan desastres naturales así como también algunos otros influenciados por el hombre, muchas veces las diferentes construcciones que han pasado a tener una gran importancia para el turismo en Zaragoza, han tenido que ser beneficiados de trabajos de restauración, algo que se ve obligado para seguir manteniendo este patrimonio intacto como una buena imagen para sus pobladores.

De este tipo de situaciones no se ha visto exento el Monasterio de Veruela, ya que para el siglo XVI cuando aún era abad Lope Marco se decidió realizar algunas cuantas renovaciones y restauraciones en esta edificación, todo ello bajo la decisión impulsadora del arzobispo de Zaragoza, mismo que en esa fecha era don Fernando de Aragón.

Este esta manera que se resuelve levantar a la muralla con 11 torreones, ejercitándose también rematar la portería, fortalecer al palacio abacial, tratar a la galería superior del claustro entre otros elementos más, para lo cual y dependiendo del sitio, se implementó bustos de personajes masculinos como una forma de decoración, al muy estilo renacentista. A la biblioteca se le llegó a cubrir con un gran artesonado, lo cual le dio una mejor imagen que siempre es aplaudida por sus visitas. Ya un siglo después se decide construir la sacristía con una maravillosa portada barroca. Un tiempo después se decidió hacer una acometida con una construcción de un monasterio nuevo, el cual estuvo unido al medieval por medio de una escalera que comunicaba a ambas; podría decirse que este nuevo recinto serbio de hospedaje para Gustavo Alfonso Becker, siendo que en honor a este personaje se decidió habilitar una exposición en una de sus celdas.

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