En los últimos años, la fisionomía zaragozana ha cambiado, y mucho, gracias a los nuevos edificios que se han ido levantando en distintas partes de la capital. La construcción de nuevos y singulares edificios, muchos de ellos con la firma de prestigiosos arquitectos se intensificó con la fiebre transformadora de la Exposición Internacional del 2008. Y precisamente, en el entorno de la Expo del Agua, en el 2003 se inauguró el edificio que es en la actualidad sede de la Confederación de Empresarios de Aragón, tras el traslado a orillas del Ebro desde la capital andaluza, ciudad en la que fue Pabellón de Aragón en la Exposición Universal de 1992.
El edificio que ocupan los empresarios aragoneses fue diseñado por el arquitecto José Manuel Pérez Latorre para representar a la Comunidad Aragonesa en la Exposición Universal celebrada en la Isla de la Cartuja. El edificio levantado en Sevilla tenía 2.500 metros cuadrados y una gran bóveda de 26 metros enmarcada por uno de los elementos más singulares del edificio, dos muros de alabastro aragonés que se iluminaban por la noche creando un efecto impresionante en la vista general del edificio. El alabastro, procedente del municipio zaragozano de La Zaida era la seña de identidad del edificio, junto a un gran mural del artista aragonés José Manuel Broto, instalado en la cúpula del edificio.