Se dice que en toda la provincia de Zaragoza, hablar de pino es hablar de una buena calidad así como también de una tradición vinícola que prácticamente viene arraigada durante mucho tiempo en la historia de la población. Tanto la producción como la comercialización de cada una de las especies de vino que se ha llegado a producir en Zaragoza han sido realizados por lo que se conoce como "denominaciones de origen". Una de las primeras "denominaciones de origen" es la conocida como Cariñena, la cual se inició en el año de 1932 y que comprende alrededor de 15,717 ha, la cual comprende a 14 municipios de Zaragoza y en donde se ubican aproximadamente 4000 viticultores. De esto se conoce que en sus orígenes cuando aún era villa romana, albinos lo mezclado con miel, algo que al parecer era para el siglo III A. C. Pero para el año de 1980 que se contó con la denominación de origen "campo de Borja", la cual en cambio comprendía una extensión de 7200 ha y en donde se distribuían 16 bodegas; aquí se utilizó principalmente la uva garnacha. Pero la última denominación de origen en constituirse fue para el año de 1989, misma que bajo el nombre de Calatayud llegó a ser la más grande en cuanto a la conformación con municipios, ya que aquí formaban aproximadamente 46 a toda esta gran región habiéndose tenido una extensión de cultivos aproximadamente 5000 ha.
Vino
Rutas del Vino por Aragón: Campo de Cariñena
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Ver mapa más grande Esta ruta se centra en la localidad de Cariñena, que da nombre a una D.O., y alrededores. La región se encuentra situada al pie del sistema Ibérico, en pleno valle del río Ebro, entre los curso del río Huerva y el Jalón y la sierra de Algairén, en extremo meridional de la provincia de Zaragoza. Son numerosas las alusiones de los literatos clásicos españoles dedicadas al vino cariñena, considerado, durante mucho tiempo, uno de los mejores vinos de este país. Aquí, el mayor esplendor económico, el progreso y la expansión del viñedo vinieron a finales del siglo XIX, impulsados por la crisis de la filoxera en Francia. La vinífiera mazuela llegó a ser tan importante en la zona que adoptó el nombre de su población más importante: cariñena. SIn embargo, los avatares de la historia y la plaga de filoxera hicieron desaparecer casi por completo este viduño, ocupando su lugar la variedad garnacha, destacable por su elevado contenido de azúcar y por producir vinos gruesos y poderosos. Durante un siglo, el tino de cariñena se caracterizó por tener un alto grado alcohólico (casi siempre cercano a los 15 grados) y un intenso color. Era un vino hecho a medida para exportadores franceses y españoles, que lo utilizaron para la mezcla con vinos tintos de otras latitudes, muchos más ligeros y frágiles. Sin embargo, desde hace unos años, la zona está recuperando la preciada variedad cariñena y, poco a poco, sus vinos han sabido quitarse de encima el sambenito de la fortaleza alcohólicay la excesiva vinosidad, para integrase en el mundo de vino de calidad, cuyo futuro es mucho más prometedor que su pasado. [gallery] Esta ruta empieza en Mezalocha, un antiguo asentamiento romano ubicado en la margen izquierda del río Hueva, entre espectaculares paisajes llenos de barrancos y cañones. A continuación se visita Cariñena, situada en la vía Antonina, que unía Cesaraugusta (Zaragoza) con Laminium (Córdoba). En la antigua Cariniana, los romanos dejaron un estanque para regadío, la disposición cuadriculada de las calles principales en el casco antiguo y la elaboración de vino, que se consumía por gusto pero también por sus efectos medicinales. Aquí se entran un buen número de bodegas, tanto pequeñas y familiares (por ejemplo Bodegas Morte, Bodegas Añadas o Solar de Urbezo) como grandes y espectaculares, como la Cooperativa San Valero y Grandes Vinos y Viñedos. Vale la pena hacer una visita al museo del vino D.O Cariñena, ubicado en una antigua bodega modernista del año 1918 rehabilitada, donde se muestra medio millar de piezas (entre ellas una prensa del sigo XVII) bellamente expuestas, de manera que también lucen los elementos constructivos de la antigua bodega. El museo, que acoge además la sede del Consejo Regulador de la D.O., fue rehabilitado y ampliado en 2005. Una de las grandes celebraciones tradicionales de la localidad es la fiesta de la Vendimia, que tiene lugar a finales de agosto e incluye degustación de vinos y productos alimenticios de calidad, animación callejera, conciertos y exposiciones culturales. Es una fiesta que atrae a numerosos visitantes de localidades vecinas y de puntos muy remotos de España. La ruta discurre por Villanueva de Huerva y Tosos para hacer un alto en Fuendetodos, la villa donde nació Francisco de Goya. La casa natal del artista, restaurada en 1946 tras la los desperfectos causados por la guerra civil y convertida en museo en 1985, ostenta el título de Monumento Histórico-Artístico, y está ambientada con mobiliario y enseres contemporáneos de la época en la que vivió el pintor. También Se puede visitar el museo del Grabado de Goya, que expone algunas de las obras más famosas del pintor de las series Los Disparates, Tauromaquia, Los Desastres de la Guerra y Los Caprichos. Finalmente, el recorrido transita por Azuara y Muel, capital de la cerámica en Aragón, para terminar en Almonacid de la Sierra, donde se pueden visitar las Bodegas Bioenos los Viñedos y Bodegas Pablo.
Rutas del Vino por Aragón: Campo de Borja
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Esta ruta propone recorrer la comarda de la D.O. Campo de Borja, Este territorio vinícola sse extiende al oeste de la provincia de Zaragoza, una zona que forma parte del valle del Ebro, por los municipios de Alagón, Ainzón, Alberite Ambel, Ambeta, Bisimbre, Borja, Bulbuente, Bureta, EL Buste, Fuendejalón, Magallón, Pozuelo, Tabuenca y Vera del Moncayo.
Aquí, la variedad tinta garnacha es la reina, y origina unos tintos y rosados muy gratos, equilibrados, con cuerpo, afrutados y de graduación relativamente alta, aunque muy armonizada con su extracto y acidez cuando se controla el viñedo y la vinificación. Paralelamente a la aparición del nuevo estilo de tintos del Campo de Borja, destinado a a ser consumido joven y sin mezclas, ha aumentado la atención que reciben los rosados y los blancos. Siempre que estén bien elaborados, los rosados de esta región pueden ser agradables y refrescantes, con una buena dosis de fruta.
Entre los blancos destacan los elaborados con macabeo, uva básica para obtener vinos de aromas afrutados y que ofrecen una evolución de calidad. Son vinos que se adaptan bien a la recia cocina de la zona, como los asados de cordero, los chilindrones y los guisos fuertes, y los rosados son buenos acompañantes de los embutidos y longanizas. En la región, destacan los núcleos urbanos de Tarazona y Borja, que poseen un rico patrimonio cultural, aunque también merecen atención otros pueblos crecidos al amparo de castillos y murallas, que evidencian la historia de esta tierra fronteriza.
La ruta se inicia en Fuendejalón, en pleno Campo de Borja, donde se encuentran las Bodegas Aragonesas. El pasado de esta población está ligado a la Orden de Jerusalén y al monasterio de Veruela, de los que dependió en distintas etapas de su historia. El recorrido prosigue por Magallón, de larga tradición afranera y una de las cunas joteras de Aragón, y Ainzón, cuyo topónimo deriba del árabe y significa “zona con ojos de agua”. Aquí se puede visitar la bodega Crianzas y Viñedos Santo Cristo. A tan sólo un par de kilómetros se encuentra Borja, donde se ubican las Bodegas Borsao, de nueva generación: bien equipadas, con un parque de más de 600 barricas nuevas de roble francés y americano, donde se puede degustar una interesante variedad de vinos de gran calidad, modernos y de nuevo estilo. Lo mejor en Borja es pasear por sus calles y descubrir sus barrios, como el de San Bartolomé, coronado por los restos del castillo, o el den San Francisco, con palacios, casonas y conventos que condensan la esencia histórica y nobiliaria de esta localidad.
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Cerca se encuentra Vera de Moncayo y el monasterio de Veruela, que fue el primer monasterio cisterciense de la Corona de Aragón, y también se puede vistar su en su interior el museo del Vino de Campo de Borja. Este museo es un homenaje a la antigua labor vinícola de los monjes, grandes impulsores de la elaboración del vino en la zona ya desde el siglo XII. En los jardines que rodean el museo se pueden contemplar diversas variedades de uva admitidas por el Consejo Regulador, entre ellas, una cepa centenaria de garnacha. Si el visitante se adentra en el museo, podrá descubrir el proceso de elaboración del vino en la región, además de tener la oportunidad de conocer al detalle las características geográficas de los 16 municipios acogidos a la denominación.
Saliendo de Borja se encuentra Bulbuente, final de ruta, donde se recomienda acercarse a las Bodegas Alto Moncayo y Delfín Pardos. Este recorrido es también una buena ocasión para visitar el parque natural de la Dehesa del Moncayo, la cima del sistema Ibérico, con 2373 metros de altura. Este parque cuenta con una gran variedad climática y biológica, desde restos de glaciares en las zonas más elevadas hasta bosques de hayas, robles, encinas, enebros y pinos, con abundante agua, y otros espacios muy áridos próximos a la depresión del Ebro. Elevado como un inmenso pico visible desde muchos kilómetros de distancia, presenta una gran diferencia entre su vertiente atlántica, muy húmeda y con abundante vegetación y la mediterránea, más seca. El espacio protegido alcanza las 1300 hectáreas y está declarado parque natural desde 1978. Pero, además de los paisajes de la zona, la Comarca de Campo de Borja ofrece al visitante otro gran atractivo: su gastronomía. Desde miel hasta aceite, productos de la huerta y, por supuesto los vinos de la D.O., tan dispuestos a acompañar tanto los dulces y la repostería artesanal como los platos fuertes de la cocina de interior o las sabrosas migas aragonesas, los embutidos caseros o el ternasco de la tierra.
Rutas del Vino por Aragón: Calatayud Rutas del Vino por Aragón: Somontano Rutas del Vino por AragónRutas del Vino por Aragón: Calatayud
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Ver mapa más grande La D.O. Calatayud se ubica en el extremo suroeste de la provincia de Zaragoza y se extiende por los municipios de Aniñon, Ateca, Calatayud, Cervera de la Cañanda, Maluenda, Mara, Miedes, Munébrega, Villalengua y Villarroya de la Sierra. Esta amplia zona, perteneciente a la gran región natural del valle del Ebro, queda enmarcada por las formaciones montañosas del impresionante macizo del Moncayo, donde los viñedos se asientan alrededor de una compleja red hidrográfica formada por los ríos Jalón, Jiloca, Manubles, Ribota, Piedra, Perejiles, Mesa, Grío y otros afluentes del Ebro. Igual que sus hermanas vecinas, esta D.O. está afectada por un clima semiárido, de carácter continental extremo, con veranos calurosos e inviernos muy fríos. Esta brusquedad del clima tiene una influencia decisiva en el rendimiento de los viñedos y de sus frutos, que presentan un notable equilibrio entre acidez y alcohol, originando vinos singulares dentro del panorama aragonés. Sin embargo, la cantidad que se comercializa embotellada sigue siendo bastante escasa, ya que las bodegas (cooperativas en su mayoría) tienden a vender sus vinos a granel, aunque su empeño está encaminado al embotellado de tres cuartos. La ruta se inicia en Murero, a orillas del río Jiloca y en plena comarca de Daroca. Aquí se encuentran las bodegas Vinae Mureri, pero también numerosos fósiles de animales y plantas de los fondos marinos acumulados durante 10 millones de años en distintas capas de estratos fosilíferos. Muy cerca, en Miedes de Aragón, se ubican las Bodegas San Alejandro, una de las empresas fundadoras de la D.O. Calatayud, con más de 300 socios que controlan unas 1400 hectáreas de viñedo. Desde diversas ruinas romanas hasta el monasterio de Piedra o los balnearios decimonónicos de Alhama de Arágon, son muchos los enclaves de interés que se pueden visitar en este entorno. [gallery] La ruta alcanza Calatayud, capital vitivinícola de la comarca, donde también se ubica el Consejo Regulador de la D.O. Calatayud. Esta localidad fue la Bilbilis romana, una gran ciudad donde nación el poeta Marcial, aunque el topónimo acutual deriva del árabe Qal'at Ayyub, castillo de Ayub, en referencia a la fortaleza que todavía preside el término y constituye el legado defensivo musulmán más antiguo conservado en la Peninsula. Esta ciudad ofrece desde la vista a Bodegas y Viñedos del Jalán y Langa hasta un interesante recorrido por la fortaleza y el disfrute de una buena cocina típica en cualquier restaurante de la ciudad. A cuatro kilómetros y medio de Calatayud en dirección a Soria, sobre el cerro de Bámbola, se puede visitar el yacimiento de Bílbilis, en el que se han hayllado importantes vestigios de la antigua ciudad romana. Cerca se encuentra también el parque del monasterio de Piedra, donde el agua y la exuberante vegetación han dado lugar a uno de los lugares más bucólicos de la comarca. Saliendo de Calatayud la ruta sigue por Ateca, donde tiene su sede la Cooperativa Virgen de la Peana. Esta localidad, presidida también por un castillo, es citada en el Poema de mio Cid como una de las localidades visitadas por Rodrigo Diaz de Vivar tras su destierro. La siguiente población es Cervera de la Cañada, includa en la relación de templos mudéjares protegidos por la Unesco. La ruta prosigue por las localidades de Aniñon (donde se puede vistar la casa-museo de Aceite, situada en el antiguo molino de los años treinta del siglo pasado que estuvo activo hasta 1987), Villarroya de la Sierra y Jarque, donde se ubican las bodegas Viñedos de Mancuso que elaboran una buena colección de Vinos de la Tierra. Distancia de la ruta: 127 km. Rutas del vino por Aragón: Somontano. Rutas del vino por Aragón: Campo de Borja Rutas del vino por Aragón: Calatayud Rutas del vino por Aragón.
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