Para que luego digan. El Ebro lleva 7 días por debajo del caudal de seguridad
De vez en cuando, nos sorprenden en la prensa reclamaciones para pedir el trasvase del Ebro en dirección a Valencia y Murcia o al área metropolitana de Barcelona. Unas reclamaciones injustas y sin fundamentos que se empeñan en situar el río Ebro en la España húmeda, cuando el Ebro sufre fuertes estiajes y periodos de sequía muy acusados.
Este año mismo, varias localidades del Pirineo tienen restricciones de agua por los problemas de suministro ante la falta de nieve el pasado invierno y la escasez de agua. Y por otro lado, y para muestra un botón de esta situación, el río Ebro lleva siete días por debajo del caudal de seguridad establecido en el Plan Hidrográfico de la Cuenca del Ebro.
Concretamente, el Ebro lleva una semana por debajo de los 30 metros cúbicos por segundo. Traducido a litros, el agua circulante en el río que baña Zaragoza ha caído por debajo de los 30.000 litros por segundo, según datos ofrecidos por el Servicio Automático de Información Hidrológica de la Confederación Hidrográfica del Ebro, llegando al mínimo el viernes 20, con 21.400 metros cúbicos.
El caudal de seguridad fijado por la Confederación es el caudal mínimo necesario para garantizar la disolución de los vertidos autorizados en cada tramo del río. Además, este caudal mínimo está siendo garantizado de manera artificial por la CHE por las reservas de agua de la Cuenca, ya que las aportaciones de los afluentes del Ebro se encuentran en situación de emergencia.
Esta situación es palpalble en Zaragoza, ya que en varios tramos del cauce del Ebro a su paso por la ciudad la superficie de piedras es superior a la de agua, tal y como sucede en el entorno del Puente de la Almozara.
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