Categorías: Turismo
Etiquetas: el aguila y el pastor, monumentos, Zaragoza
Podría decirse que Zaragoza se ha llegado a convertir en un museo ambulante, algo de lo cual podríamos llegar a apreciar si recorremos determinados entornos y en los cuales, de manera ineludible que podríamos encontrar la presencia de personajes inmóviles con un atractivo principal que quizá no nos encontremos en alguna otra parte del mundo.
Si anteriormente habíamos mencionado a aquella estatua de un niño que se encontraba sentado en la plaza de San Felipe en Zaragoza viendo hacia lo más alto de una Torre Nueva imaginaria en el tiempo actual y presente en el pasado, esto viene a ser un escenario digno del mejor de los museos en cualquier parte del mundo. Algo similar vamos a encontrar si estamos recorriendo la calle Alfonso I y exactamente en la calle Candalija, lugar en donde se encuentra otra estatua muy interesante que lleva el nombre de el Pastor y el Águila, misma que es obra del escultor Pablo Gargallo.