Últimos actos de la Semana Santa
Estos días, cientos de turistas han vivido la Semana Santa de Zaragoza. Los zaragozanos han podido vivir en sus calles la devoción y el fervor de los miles de cofrades que han salido a las calles acompañando a los pasos de sus respectivas cofradías.
Se va acercando el final de los actos procesionales, pero aún quedan algunos actos relacionados con la Semana Santa de los que podemos disfrutar.
Por ejemplo, hasta el 12 de abril podemos ver en la Cafetería Easo (San Vicente de Paúl, 4) una interesante exposición fotográfica. Se titula «Ocho fotógrafos miran a Jesús Nazareno», y está organizada por la Asociación Cultural Redobles.
Se trata de una interesante mirada a la Semana Santa, desde una óptica particular y muy especial.
Y para los amantes de la fotografía, hay otra exposición que se mantendrá hasta el 22 de abril en el Albergue Zaragoza, El Comendador (C/ Predicadores 70) Está organizada por la cofradía del Prendimiento del Señor, y también es interesante.
Por último, vamos a hablar de una última actividad relacionada con la Semana Santa. El domingo de Resurrección, día 12 de abril, la Esclavitud de Jesús Nazareno tiene programado un interesante acto. La cofradía, que celebra este año el doscientos cincuenta aniversario de su fundación, ha programado un concierto, al que ha llamado Concierto de Resurrección.
El acto tiene entrada libre, y se celebrará en la Iglesia de San Miguel de los Navarros a partir de las 20,30 horas.
El encargado de llevarlo a cabo es el sexteto Quena, un interesantísimo grupo de música de cámara en el que cuentan con una serie de instrumentos (piano, fagot, oboe, clarinete, trompa y flauta travesera) de los que salen notas magistrales.
Sin duda interpretarán piezas de lo más interesantes, como por ejemplo las Ocho saetas del silencio.
Esta pieza es una composición que se dedica a la Hermandad sevillana de este nombre, una de las piezas más conocidas de la música de capilla. Se atribuyen a Francisco de Paula Solís, un músico y organista de la catedral de Sevilla. Datan del siglo XVII, y sin duda, escucharlas es toda una experiencia que merece la pena vivir.